domingo, 8 de mayo de 2011

EL JUEGO

¿Quién no ha visto jugar a un niño pequeño: en el parque, en el colegio, en casa de sus abuelos, en cualquier lugar de ocio o incluso en su propia casa? ¿Cómo si no a través del juego el niño podría relacionarse con el medio y además llevar a cabo la interacción con otros niños?
Sencillamente todos hemos crecido de una manera u otra jugando, desde la prehistoria hasta nuestros días, en tiempos de guerra al igual que en tiempos felices, en la pobreza y en la riqueza…
Bien sabemos que mediante el juego no sólo nos divertimos, sino también adquirimos conocimientos y participamos de una u otra manera. Por ejemplo, no conocemos las letras de la misma manera que nuestros antepasados, con la típica regla que si no se sabían las letras, números o colores, se daba la ley de la regla; en este caso, no; al igual que ha cambiado la educación por la evolución dada en diversos períodos de tiempo, también aprendemos las letras y los colores divirtiéndonos, a través de dibujos, imaginándonos que nuestras letras cobran movimiento. La a es un globo con un rabito de lado, la o es un niño con mofletes con flequillo para el lado, mientras que la i es una lombriz levantada con una libélula encima que brilla. Es más, no sólo sirve para que aprendan, sino también para desarrollar la imaginación y la creatividad.

El juego además consiste para moverse por el espacio. ¿Cómo? Muy fácil. ¿Alguna vez hemos jugado a papás y a mamás? ¿Y a las cocinitas? ¿Quién no recuerda que le pillarán el último jugando al pilla-pilla o por su parte que fuera constantemente el que corriera tras los demás?
Si en efecto, todos recordamos haber pasado por esta dulce etapa, como es el período de Educación Infantil. Muchas veces nos hemos casado o comprometido y hemos acunado muñecos que eran nuestros bebés, al igual que le hemos dado el biberón; al igual que demostramos nuestros dotes de cocina y luego damos de probar a aquellos que se muestran con nosotros nuestra delicias. Cuántos lugares hemos encontrado para escondernos y en el lugar menos adecuado nos hemos ido a poner, debajo de una mesa, metido en un armario; por el contrario al ser los que pillábamos cambiamos el chip totalmente y debemos ser como aquellos perros policías que captan las cosas malas que llevan las personas a través de su olfato; en este caso con algún tipo de don.



Una cosa muy importante para jugar es que debemos tener seguridad y confianza en nosotros mismos, saber que podemos jugar sin riesgo, que podemos hacer algo y conseguirlo. Realmente esto no sólo tenemos que ponerlo en práctica en infantil, sino a lo largo de nuestra vida; hemos de confiar en nosotros mismos. Si principalmente no confiamos en nosotros mismos ¿quién lo hará?
Realmente el juego también podría ser definido como una manera para relacionarse con los iguales, mediante el respeto, bien a través de las reglas que en todo momento han de cumplirse durante un juego; no sólo porque se afirmen reglas, sino porque los niños nunca se las saltarán, es más; si un niño no las cumple no querrán jugar con alguien así, con el respeto no sólo me refiero a cumplir las normas, sino también al respeto recíproco entre compañeros, este tipo de respeto va de la mano con la igualdad, todos somos iguales y más durante esta etapa.
El juego también nos permite conocer nuestro propio cuerpo como a través de canciones acompañadas de actividades. Por ejemplo podemos conocer las partes de nuestro cuerpo, con diversos movimientos, al decir cabeza moveremos dicha parte del cuerpo, la cintura daremos una vuelta y los pies saltaremos con ellos. De esta manera no sólo distinguiremos apropiadamente nuestro cuerpo, sino que también podremos conocer que niños muestran algún tipo de problema tanto de adquisición de conocimientos como motriz.

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